Encontrar un estilo que diferencie la primera vivienda de la casa de verano no es tarea fácil. Es recomendable que la segunda vivienda, donde pasamos gran parte de las vacaciones, tenga una imagen distinta a la residencia principal con el fin de diferenciar claramente los dos espacios. Es muy importante que la vivienda estival mantenga un diálogo con el ambiente natural que la rodea.
Es recomendable que la decoración de la casa de verano varíe en función de su emplazamiento y no debería utilizarse la misma estética si la vivienda se encuentra en la montaña o en la playa.
A la hora de optar por este estilo es recomendable escoger piezas de mobiliario con un aire antiguo, lejos de la estética moderna y minimalista que impera en muchos hogares. El trucho está en utilizar elementos que añadan una apariencia natural y acogedora a la estancia. Se puede conseguir mediante materiales, pavimentos y revestimientos de estilo campestre.
Antes de decorar la casa de verano hay que prestar especial atención al entorno y adaptar los colores de las paredes y el mobiliario al ambiente. En general, se debería apostar por tonos limpios y frescos, que potencien la luminosidad, como el blanco, los tonos piedra o incluso el color marfil. En algunos casos se puede introducir toques de color pintando las paredes de las habitaciones de algún color más o menos llamativo.
Es recomendable que la decoración de la casa de verano varíe en función de su emplazamiento y no debería utilizarse la misma estética si la vivienda se encuentra en la montaña o en la playa.
Una casa en la montaña
Si se posee una segunda residencia en la montaña o en un emplazamiento cercano a ella, es imprescindible adaptar la decoración a dicho entorno y adoptar un estilo rústico. De esta manera los muebles y objetos de madera son los protagonistas indiscutibles en la casa de campo. Apostar por la decoración rústica es siempre una buena opción, ya que envuelve el ambiente de atemporalidad y aporta una imagen hogareña. Es muy importante escoger piezas antiguas, de madera o piedra, envueltos en colores tierra, tonos rojizos, ocres, verdes y anaranjados para dotar al espacio de esta aura campestre.
A la hora de optar por este estilo es recomendable escoger piezas de mobiliario con un aire antiguo, lejos de la estética moderna y minimalista que impera en muchos hogares. El trucho está en utilizar elementos que añadan una apariencia natural y acogedora a la estancia. Se puede conseguir mediante materiales, pavimentos y revestimientos de estilo campestre.
Fuente: http://www.fotocasa.es/
Nenhum comentário:
Postar um comentário