segunda-feira, 23 de abril de 2012

'Bebé a bordo' o cómo adaptar nuestra casa a la llegada de un recién nacido


La llegada de un bebé a la familia suele conllevar cambios en la casa, sobre todo si se trata del primer hijo, ya que se le suele destinar una habitación en exclusiva. Sin lugar a dudas, que todos los futuros papás quieren lo mejor para su bebé y enseguida empiezan a hacer proyectos para esta estancia.


Para empezar hay que considerar el emplazamiento. El bebé va a pasar mucho tiempo en la habitación durmiendo, por lo que conviene escoger una estancia tranquila de la casa para que el recién nacido descanse, sin descuidar que sea un lugar alegre y cálido. “Con este fin se debe tener en cuenta el estado de las ventanas, lo más adecuado es disponer de un doble acristalamiento o de unas dobles que reduzcan el paso del ruido que provenga del exterior o, por lo menos, lo amortigüen”, asegura Luis Sancho, director general de Tenders.es, plataforma online que permite solicitar y comparar presupuestos de reformas de forma gratuita. También se debe considerar que si las ventanas son de madera y no ajustan muy bien dejarán pasar el aire. Frente a esta problemática, Luis Sancho propone “instalar tiras de caucho para que ventana y marco encajen mejor. Además, debemos tener en cuenta las siestas diurnas, por lo que habrá que evaluar el estado de las persianas para impedir que en la estancia entre mucha luz”, concluye.

Un espacio multifuncional y versátil

Toda habitación infantil que se precie debe ser un espacio multifuncional y versátil con -como mínimo- una cuna, un cambiador y un sitio para almacenar ropa y juguetes. En el mercado existen multitud de productos de puericultura con una doble funcionalidad, por ejemplo cunas que disponen de cajoneras para almacenamiento, cómodas que son cambiadores y que se convierten en bañeras para bebés, etc. Este tipo de muebles tienen distintos objetivos y podrán usarse durante al menos los primeros cinco años de vida del bebé. “No se puede descuidar la oportunidad de recuperar muebles antiguos, es una opción que está muy de moda y con la que todos los padres quedan encantados por la personalidad que aportan a la estancia.

Lo más importante es lograr el equilibrio exacto entre lo antiguo y la decoración moderna y recordar siempre que vintage no es sinónimo de viejo, sino de mueble de otra época que conserva todo el encanto”, asegura Fernando de Córdoba, responsable del blog de Tenders.es, ‘Me gusta mi casa’, una de las mayores comunidades de decoración e interiorismo de nuestro país. El aire retro de muchos muebles antiguos o rústicos transporta a otra época con una calidez que a menudo no logran los ambientes minimalistas. Sin embargo, todo es cuestión de gustos, la habitación del bebé también puede basarse en la premisa del “menos es más”. Pocos muebles y adornos, sólo los necesarios y si pueden servir para varias cosas mejor, que se vea el espacio bajo la premisa del orden y la simetría.

En definitiva, evitar el desorden utilizando poco mobiliario que tenga una gran capacidad de almacenaje y dejándoles todo el protagonismo. Así también facilitaremos la limpieza de la habitación, un aspecto fundamental para la salud del bebé. De ahí que es mejor no recurrir a alfombras o moquetas, uno de los focos más frecuentes de ácaros y polvo. Si bien no podemos resistirnos a utilizarlas porque el piso de nuestra vivienda es de baldosa o mármol, siempre debemos optar por las de pelo corto, ya que acumulan menos polvo y son más fáciles de higienizar con la ayuda de un aspirador. Alternativas al rosa y azul En cuanto al color de las paredes, los tonos pasteles, entre ellos rosas y azules, ya no son las únicas opciones disponibles para los dormitorios de los más pequeños. Hoy en día, la amplia gama a las que se puede recurrir en este tipo de habitaciones es grandísima y la mayoría de los futuros padres optan por tonos más neutros como el beige, el amarillo o el verde. Los murales decorativos, los papeles pintados y los vinilos con motivos infantiles pueden dar a la habitación un toque de fantasía. Existen multitud de temas a los que se puede recurrir: desde flores o animales hasta dibujos animados, formas geométricas o fotografías de gran tamaño.

La estancia debe estar iluminada, al menos, de dos maneras: una más fuerte en el techo y otra lámpara con menor potencia o regulable bien colocada de pie o sujeta en una de las paredes, por si el bebé requiere algún cuidado durante la noche o a la hora de dormirle. Es aconsejable no utilizar fluorescentes o halógenos. En cuanto a la decoración, se pueden colocar móviles de diferentes formas y colores para que, poco a poco, los sentidos del bebé vayan despertando, aunque conviene hacerlo con moderación, ya que una habitación demasiado cargada podría sobreestimularle. Los elementos decorativos más fáciles de colocar y que no requieren grandes presupuestos son los vinilos y murales, que además de potenciar su imaginación resultan muy atractivos. La mayoría de los padres, sobre todo los primerizos, a menudo se sienten abrumados por todos los preparativos: los cuidados del embarazo, las clases de preparación al parto, las compras para recibir al recién nacido y, sobre todo, el ritmo de vida actual, a menudo relegan a un segundo plano la preparación de la habitación.

Fuente: urbanoticias.com

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